Introducción
He creado una versión de la obra La gran ola de Kanagawa de Hokusai. Esta ola se ha convertido en un símbolo universal de la fuerza del mar. Hoy esa ola también puede hablarnos de otro desafío: la contaminación de nuestros océanos por plásticos. Mi propuesta reinterpreta esta obra icónica con un compromiso: transformar lo que va a ser descartado y convertirlo en un nuevo material para crear arte, para demostrar que incluso lo que parecía residuo puede tener una segunda vida.



Materiales
Materiales:
4 Botellas de plástico recicladas (2 blancas, 2 azules)
1 Bolsa de plástico (color blanco roto)
1 Tabla de madera (tamaño A4)
Herramientas:
Tijeras de distintos tamaños
Cutter
Rotulador para plásticos
Cinta adhesiva de doble cara
Pirograbador eléctrico.
Trabajar con plástico reciclado no es sencillo. Para esta obra, partí de solo cuatro botellas de plástico (dos blancas y dos azules) y una bolsa desechada. El reto fue aún mayor al tener únicamente dos colores de base para recrear una obra tan rica en matices.
El «pirografiado» es una técnica similar al pirograbado, pero en este caso tiene la diferencia de que une las diferentes capas de plástico además, el pirograbador se convierte también en una herramienta de dibujo. Con la punta caliente se pueden crear relieves, líneas y texturas que transforman la superficie plana en algo vivo, jugando con luces y sombras. Además, superponer capas transparentes o traslúcidas de plástico amplifica la sensación de profundidad sin necesidad de más colores.


Paso 1 — Inspiración, boceto y plantillas
Qué hice:
Recopilé referencias (Hokusai, composición, volúmenes de la ola) y dibujé bocetos rápidos para adaptar la composición al material. Dibujé las plantillas de las formas de espuma y de las masas de agua en papel, para luego trasladarlas al plástico.
Por qué:
Me ayudó a definir la espuma de las olas, la posición del pico y la relación entre espuma y agua con los materiales limitados. Trabajar con plantillas me permitió reproducir los rasgos característicos de la obra original y controlar las proporciones en la base-soporte.

Paso 2 — Selección y preparación de materiales
Qué hice:
Seleccioné las botellas, dos blancas para la espuma y 2 azules para el agua y una bolsa de plástico para el fondo.
Por qué:
El material escogido debía permitir jugar con brillos, transparencias y texturas.

Paso 3 — Transferir las plantillas al plástico
Qué hice:
Coloqué las plantillas sobre las botellas y las marqué con rotulador para plásticos, adaptando curvas y detalles a la forma del envase.
Por qué:
El marcado asegura que se pueda hacer el recorte manualmente respetando la idea compositiva.


Paso 4 — Corte de las piezas
Qué hice:
Recorté las piezas primero con cutter los cortes más grandes, y tijeras (y tijeras finas para detalles); suavicé bordes y corregí formas.
Por qué:
El corte determina el resultado.

Paso 5 — Forrado del soporte
Qué hice:
Forré el tablero tamaño A4 con la bolsa de plástico. Me serví de cinta adhesiva de doble cara.
Por qué:
El fondo también es parte de la composición. Las bolsas de plástico sirven como cielo y se aprovecha también el hecho de crear algunas capas extra para que no quede un fondo plano.

Paso 6 — Composición en seco (prueba)
Qué hice:
Coloqué las piezas sobre el soporte sin pegarlas, probando varias superposiciones hasta decidir la ordenación definitiva.
Por qué:
La fase “en seco” permite valorar profundidad, contraste y lecturas antes de fijar nada.

Paso 7 — Fijación (cinta doble cara)
Qué hice:
Comencé a fijar las piezas desde el fondo hacia delante usando cinta adhesiva de doble cara en puntos estratégicos (bordes y puntos de apoyo).
Por qué:
La cinta ofrece sujeción temporal y permite ajustes; deja la pieza lista para la soldadura posterior (pirografiado).

Paso 8 — Pirografiado (soldado con pirograbador) (técnica clave)
Qué hice:
Con el pirograbador (punta caliente) soldé las capas entre sí y marqué texturas: líneas curvas en las zonas azules para acentuar el oleaje; soldé y “punteé” las bases blancas para crear espuma, relieve y pequeños cráteres de luz.
Por qué:
El pirografiado no sólo une sino que dibuja en el plástico: aporta volumen, estabilidad y una textura que captura luz como si fueran pinceladas. Es la técnica que convierte el ensamblaje en obra.
Creative Tip
El pirograbado con punta caliente no solo suelda las piezas de plástico, también dibuja y aporta textura. En esta obra marqué líneas curvas en las zonas azules para sugerir el oleaje y texturicé las partes blancas para simular espuma, creando volumen y dinamismo. Además, al soldar las diferentes capas evitaba tener que utilizar colas o pegamentos. Aunque trabajé solo con dos colores base, la superposición de capas translúcidas generó matices de profundidad imposibles de lograr solo con recorte. Esta técnica, que ya he aplicado en otros proyectos, me permite transformar el plástico en un material expresivo, lleno de luz y vida.




Paso 9 — Acabados y retoques
Qué hice:
Recorté sobrantes, limpié bordes, añadí algunos detalles y reforcé puntos críticos de sujeción.
Por qué:
Los acabados aseguran una mejor interpretación de la obra.







