Trato todos los proyectos con mucho mimo. Mis clientes, grandes o pequeños, saben que les entregaré lo mejor de mí.
Hay algunos retos que me resultan más entrañables que otros. Eso es algo que no puedo evitar.
Hace unas semanas, un amigo me pidió que hiciera un detalle sencillo, digno de una princesa de cuento. Era para su chica. Quería hacerle un regalo para celebrar su aniversario.
Si lo piensas bien, hacer algo así con material de la basura podría parecer bastante complicado. Pero él confió en mí.
Después de descartar algunas ideas, nos decidimos por las flores.
Todos mis trabajos los hago con mimo. Los más grandes son siempre los más llamativos, pero los pequeños tienen un encanto particular.