Necesito del mar
porque me
enseña :
no sé si aprendo
música o
conciencia :
no sé si es ola
sola o ser
profundo
o sólo ronca voz
o deslumbrante…
Poema de Pablo Neruda
Este poema fue el escogido para la realización de una obra presentada para el concurso y la exposición El arte de las palabras.
El Consejo de Lectura del Ayuntamiento del Puig, en colaboración con FULL (Fundación por el Libro y la Lectura) convocaron el Concurso de Esculturas con Material Reciclado «El Arte de las Palabras». Con el objetivo de estimular la creatividad y el diálogo entre las artes, poniendo el énfasis en la sostenibilidad ambiental y buscando inspirar piezas escultóricas que surjan de una conexión con textos literarios.
La obra quedó finalista y fue expuesta en La Marina de El Puig de Santa maría en mayo/junio de 2024
Título:
El mar me enseña…
Técnicas:
Reciclado de plástico procedente de envases utilizando diferentes técnicas:
Para escribir el texto se ha utilizado una técnica de pirografiado en plástico. Para la realización de las algas, plantas marinas y corales ha sido necesario utilizar diferentes técnicas de corte (tijeras, bisturí y soldadura). Para dar forma se ha utilizado la aplicación de calor con soplete y con pistola.
Medidas:
El tamaño de la obra es de 57 cm de altura y 30 cm de diámetro.
Descripción de la obra y fuente literaria:
La obra está realizada reutilizando y reciclando envases. Recrea un fondo marino imaginario dentro de una bombona de plástico transparente. En el interior hay una serie de algas, plantas marinas y corales que proceden de botellas de plástico PET de colores. Sobre la bombona y grabado a fuego los primeros versos del poema “El mar”, escrito en 1964 por Pablo Neruda.
Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
Se nos invita a reflexionar y nos recuerda la importancia de tomar medidas para reducir nuestro consumo de plástico. Hemos de proteger nuestros océanos antes de que sea demasiado tarde.
Cuando Neruda escribió la poesía reflexionaba sobre la conexión que él sentía con el mar, que se convertía en su maestro, enseñando no solamente sobre la música de las olas, sino también sobre la conciencia.
El mar nos sigue enseñando sobre la belleza de la música de sus olas, pero también nos enseña la dura realidad de la contaminación marina. Sentimos una ambigüedad de emociones: la admiración por la grandeza del mar y la angustia por el daño que le estamos causando.
El mar nos enseña la conciencia y las consecuencias devastadoras de nuestras acciones irresponsables.