¿De qué me sirve tener un canal en YouTube con más de 100.000 suscriptores y más de 20 millones de visitas?
La verdad, no sabría lo que decir…
Siento decepcionar a quienes crean que puede ser una excelente fuente de ingresos. En mi caso, la inversión en tiempo no es proporcional con los beneficios económicos de los tutoriales. En cuanto a la visibilidad, he de reconocer que me siguen personas de todo el mundo, además es una buena plataforma para compartir tutoriales, aunque lo que más gusta en YouTube, no es lo que más me gusta a mí.
Cuando comencé esta andadura de reciclado, no me pregunté para qué serviría el canal. El canal ya existía un año antes, cuando grabé unos tutoriales para unas amigas que querían que les enseñase cómo hacer bisutería con material reciclado.
Había pasado un año desde que había publicado aquellos 5 tutoriales. Durante ese tiempo estuve trabajando en un proyecto apasionante, pero no salió como esperaba. Tuve que dejarlo, me sentía en un punto muerto. Pasaba por un momento de mi vida en el que me estaba perdida. Me planteé dar una alternativa a la parte creativa que forma parte de mí. Tenía que dejar el proyecto en el que estaba trabajando, no me hacía feliz. Debía trabajar en algo que me apasionase. Había estudiado para ello, pero nunca me había dedicado laboralmente a la creatividad. Tal vez, podría retomar ese camino…
El canal de YouTube estaba ahí, aunque no imaginaba para qué podría servir.
Tomada la decisión de cambiar el rumbo de mi vida laboral, mi objetivo sería conseguir poder vivir haciendo lo que me apasiona: crear nuevas piezas a partir de material de descarte, disfrutar siendo creativa.
Generar contenido, y compartir tutoriales, era una de las posibilidades que tenía sobre la mesa. De ese modo alcanzaría algunos de los objetivos que me propuse:
- Entrenar el músculo creativo.
- Aprender a comunicar en internet, estudiar cómo funcionan las redes sociales.
- Generar contenido de reciclado, y muy creativo.
- Poder vivir haciendo algo que realmente me gusta.
El canal lo tomé como un espacio para compartir mis ejercicios de creatividad. Un banco de pruebas. A falta de escuela, universidad o clientes, este sería un buen sitio para ir guardando mis trabajos, sería una especie de portfolio.
Podría seguir los datos de las analíticas de Google, lo más buscado en internet, lo que más gustaba a mis suscriptores o crear piezas de «temporada». Generaría contenido a la vez que alcanzaba otros objetivos. Trataría los tutoriales y las piezas a realizar como si fueran retos creativos de estudio o encargos de clientes.
La filosofía del canal de Reciclado Creativo, según lo que pedían los suscriptores, sería hacer nuevos objetos a partir de material de descarte de uso corriente, con unas herramientas muy básicas y un proceso de elaboración sencillo.
No imaginé que el canal podría llegar tener más de 125.000 personas suscritas, me impresiona que mis tutoriales hayan tenido más de 25 millones de visitas.
En este tiempo he aprendido que, para mi trabajo, el canal tiene puntos positivos, y otros que no me resultan tan positivos (sin llegar a ser negativos).
Puntos positivos:
- Tengo una comunidad interesada en reciclar creativamente.
- Publico pequeños proyectos de reciclado con constancia casi semanal.
- Es un reto.
- Es una especie de entrenamiento creativo.
- Me anima a seguir aprendiendo.
- Me permite conocer las métricas y analíticas de Google.
- Estoy al tanto de lo que interesa en internet.
- Formo parte de una plataforma.
- La gente que me sigue me anima a continuar.
Puntos no positivos:
- No compensa económicamente.
- La grabación y la edición de vídeo me resultan tediosos. Son mi punto débil. He de dedicar mucho tiempo, y todavía me queda mucho que aprender.
- Necesitaría adquirir equipos audiovisuales de calidad, pero no me puedo permitir esa inversión (si tengo en cuenta los beneficios del canal).
- Al ser retos semanales, los proyectos son pequeños, y no se ajustan con precisión a lo que más me gusta hacer. Por esa razón, puede ofrecer una visión un poco distorsionada de mi creatividad.
- Publicar en el canal proyectos medios o grandes (que son los que más disfruto), no son los que gustan a los suscriptores.
- No suelo publicar los trabajos por encargo.
- Google es muy exigente, cada vez te pide más contenido y con más frecuencia. Yo sola soy incapaz de aumentar la frecuencia de publicaciones. Además, la creatividad requiere un tiempo previo, una dedicación y un «reposo» que no se lleva bien con internet.
- No me permite alcanzar los objetivos económicos básicos de subsistencia del canal. Eso de poder vivir de YouTube, en mi caso, es un mito.
- Envidio a quienes dicen que pueden vivir de la creatividad online. Reconozco que he aprendido mucho, pero no sé aplicar ni los resultados, ni los conocimientos relacionados con este tema.
- Soy más eficaz en el trato directo.
El blog de Reciclado Creativo y el canal de YouTube fueron un buen comienzo, Y siguen siendo un buen camino a seguir. Además, es un excelente espacio en internet para compartir cosas nuevas y hacer experimentos. Gracias a todo ello, puedo decir que he conseguido realizar otro tipo de proyectos más interesantes.
Después de haber conseguido llegar a un cierto punto en RecicladoCreativo, ha sido necesario desdoblar el camino. Por un lado están los tutoriales y el blog de Reciclado Creativo, por otro está este blog con trabajos y proyectos diferentes.
Tener una doble personalidad en internet puede generar confusión. Por el momento, disfruto de ambas.